miércoles, abril 18

Hablando en el Silencio.

Ahí estás de nuevo, sabor a muerte.
Arrinconado en la penumbra donde la luz pasó a historia de Drama. 
Derramas sangre, arrancas vísceras y arrebatando las sonrisas de las ánimas, sellas súplicas con un beso mortífero.


Gruñes, gritas... Ensordeces los lamentos que van aminorando.  


Nunca es suficiente.


Tus susurros de consuelo atraen almas en pena; Ignorantes que flaquean ante esa tentadora presencia tuya que enmascara con elogios el olor a azufre. 
Aprovechas que jamás vieron una sonrisa. Presas fáciles desconocedoras de la felicidad la cual es una espectadora más encapuchada al otro lado de la sala.


Y es por eso que lloran aquí mientras aún existen... Y es por eso que tristes se desvanecen con la noche...
Noche eterna, sin luz de luna. El único brillo el de tus ojos maliciosos, insatisfechos todavía en busca de nuevas víctimas que cazar con palabras de miel.




Antes tenía la capacidad de creer en las sombras en la segunda calle del porvenir... Ahora solo puedo creer en la luz que un día llegué a ver al fondo de ella. Un día lejano al que fue mi vida. 
Lo único que no llegaste a quitarme hasta entonces han sido mis pensamientos. Estos pensamientos que aun perduran en tu mente y que sollozan por las almas perdidas.