viernes, julio 30

El viento de los Recuerdos.


La chica, tumbada en el cesped, bajo ese cielo azul, algo apagado por el atardecer que se aproximaba, tarareaba débilmente una tranquila melodía, mientras observaba los pájaros volar por las alturas, planeando ante el fuerte viento que agitaba los árboles.
Una voz, grave y calmada, se aproximó a la joven, interrumpiendo con su rostro las vistas de los cielos, pero no de forma desagradable, ya que le mostraba una amplia sonrisa.
Aquella figura le preguntó qué es lo que hacía ahí tendida, cuando ella, alegre le contó:
Simplemente me dedicaba a observar cuán libres son esas aves, que ágilmente aprovechan la ligera brisa para alzar su vuelo.

 ¿Te imaginas...? Poder alcanzar el cielo, poder tocar su dulce azul.
Yo sueño con ello constantemente. Con volar hacia el sol sin quemarme. Adentrarme en las frías nubes que aparentemente son de algodón. ¿Sueñas tú con ello?
Volar... Hacia la libertad.


lunes, julio 26

Falsas ilusiones.



Y ella tenía ganas de sonreír. De ver que todo no estaba acabado...
Demostrar que la vida seguía entre esos dientes como luceros.

Venga, da un gran salto desde el más alto
rascacielos, como soñando creerás que volarás y caerás de pie. Y una vez que despiertas, la caída es más dolorosa, ya que, claro, esto era solo una prueba de una triste utopía.

¿A qué más tengo que esperar para que tus palabras dejen de
resonar en mi pecho? Como el reloj que dejó de sonar mi corazón lo hizo seguidamente.


Alma




Alma, te oigo rota ¿No lo notas?
En pedazos.
En el suelo.

Se oyen pasos ¿Cómo es eso?
Simplemente una sospecha.
Todo en orden y a la vez en caos.

Alma ¿por qué me dueles?
Ya estás rota, márchate.

Otra vez, esos pasos. ¿Qué son ahora?
Sueños rotos, arrastrados por cadenas.