lunes, marzo 11

Melodía lluviosa.


Desde que un árbol logró simbolizar la vida. Desde que el Sol quedó en un segundo plano tras las nubes… Las personas buscamos canciones nostálgicas para los días grises.

Hoy comprendí por qué.

Nos gusta la lluvia cuando estamos en la cama, adormilados mientras escuchamos el repiqueteo de las gotas tras la ventana.
Nos gusta cuando es un día, o dos, en las que no nos importa caminar bajo esta y dejamos que nos empape. Nos gusta saltar en charcos, sin complejos.

Pero cuando este temporal se alarga hasta un par de semanas, sobretodo para quienes estamos hechos por sol y luz, nos empezamos a deprimir.

Y aquí la música desempeña su papel…

 Necesitados por encontrar un sentido a este remolino de desaliento, necesitados por sentirnos comprendidos, la música desde siempre lo ha hecho posible.
Nos evade del mundo con facilidad, envolviéndonos en la suavidad de las partituras y cegándonos con la pureza de las notas.

Sin embargo esto no nos saca de nuestro sufrimiento, porque estamos hechos -entre muchas cosas- de lamentos y suspiros, de sollozos y pena.
 Nos centramos en lo peor que sentimos, lo exageramos hasta que duela… Porque nos mantiene vivos de una manera retorcida.

Mas el poder de la música es inmenso… Y basta con una canción alegre para querer curarnos. Querer seguir adelante. Empezar un nuevo día, ya sea gris o soleado, con las ganas de vivir que nos faltaron.
Sin embargo ¿Quién está dispuesto a enfrentar a la lluvia? Es tan sencillo no hacer nada para remediarlo que preferimos destrozarnos en vez de intentar arreglarnos, ya que requiere esfuerzo.

Y ese es nuestro gran problema. Nos empeñamos en ser juguetes rotos que esperan a que algún día alguien los repare. Y nadie quiere ser un muñeco hecho pedazos. Todos quieren ser el más radiante. Con esto me refiero… A que  hay que aprender a sonreír. Hay que aprender a lamerse las heridas, solos, y no a encerrarnos en nuestras tragedias.

Si los días son grises, pues haz que la luz venga de ti mismo. Que no haga falta que salga ningún sol para darte cuenta de cómo has perdido el tiempo compadeciéndote.
Eres más fuerte de lo que piensas, solo debes creerlo de verdad.


Sube el volumen de esa canción. Hay que curar esas heridas.