martes, noviembre 23

Spectacular, Spectacular...


Permítanme que la descortesía haga su gran entrada por esos sucios oidos. Siéntense, mejor pasar un mal rato cómodos y no de pie ¿No creen?


Este es el Show del más loco, comenzando por la demencia y terminando por los lloros.

No sé si sabrán que aquí las trampas valen, , me oyeron bien. Esto es más que un simple juego, digamos que es como un modo de supervivencia... "¿Es que vamos a morir?" Preguntarán con esas voces de pito tan molestas. ¡Para mi desgracia vuestras figuras amorfas permanecerán intactas!

Es una supervivencia psicológica, en la que se les someterá a las torturas más disparatadas. Pueden reír o pueden sentir el mayor de los temores con un solo mirar del más chiflado. ¡Como ustedes vean! En bandeja de plástico se lo dejo.


¡Con todos ustedes, y con ninguno a la vez.... Sean no bienvenidos al inesperado espectáculo de la verdad a un nivel subterráneo!

viernes, noviembre 12

No fue un día como Otro cualquiera.



Sus sollozos se los llevaba el viento y sus suspiros la brisa del mar.

Con sus ojos azules pero enrojecidos por los lloros observaba ese inmenso océano.
 
Pasaban los días y ella permanecía sentada en aquella duna viendo cómo se marchaba el sol, cada vez con más nostalgia.
 
Poco a poco iba perdiendo las fuerzas y las ganas por vivir, y le costaba más sonreírle a ese mundo que antes le parecía tan bello.

Maldecía cada noche a las estrellas por ser testigos de tan fatídica actuación. Entre las estrellas, la luna, que pasaba a ser un foco en lo más alto.
 
Todo se trataba de una farsa. La realidad nunca pudo ser tan cruda.

martes, octubre 12

Un Dolor Silencioso.


Por las mañanas, su aliento era del sabor del café más amargo y sus ojeras marcadas por los sufrimientos que él le propiciaba todas las madrugadas al volver embriagado.
El miedo le inducía a hacer lo más superfluo, al menos a los ojos del que le propiciaba lamentos.

Pasaban los días, ella estaba como ausente mientras hacía las labores del hogar... Pocos momentos eran los que tenía de descanso cuando el sol se despedía.
Observando cómo la luna menguaba y mostrándole así una amarga tristeza, hasta que tras un anochecer, desaparecía para volver con una sonrisa que noche a noche se ampliaba.
Aquella luz... Inspiraba esperanza a aquel ente sin alma. Ánima arrebatada por la codicia, el egoísmo y la furia que eran acumulados en esos momentos del día en que todo no sale como se quiere, marcándolos por golpes en su corazón.
Y tú, mero expectador de la violencia, permaneces quedo, congelado, hasta que un día no solo serán moraduras lo que se puedan apreciar en esa desposada, sino el tono escarlata de la sangre derramada en su blanco y limpio delantal vestido por un cuerpo inerte.

viernes, octubre 1

Farewell.


La chica dejó marchar así a su ser más querido... Pensó que él sería feliz de esa manera, lo que a ella le reconfortaba.
"Las despedidas siempre son duras..." Susurró para sí misma mientras que sus lágrimas recorrían cada rincón de su pálido rostro casi sin ella darse cuenta, ya que no hacía otra cosa más que estar sumida en los recuerdos con aquel fiel y gran amigo, al que nada más marchar añoraba con nostalgia...

martes, septiembre 14

Un final lleno de recuerdos. (2ª parte de "Principios de una bonita historia")

Pasaron los años hasta que Hana encontró a Dante, en un principio ni le reconoció, pero su voz grave resonaba en su cabeza como un lejano recuerdo, su corazón le impulsaba a coger su mano, algo muy fuerte sentía por ese desconocido, que tuvo la enorme paciencia de esperar a que le recordara.
Tuvieron largas charlas, Hana poco tardó en reconocerle cuando sus lágrimas salían solas, las ganas de sentir los besos de ese joven riviano del que se enamoró antaño reafirmaron sus dudas.
Todo era perfecto para los enamorados, planeaban volver a casarse, abrieron un restaurante... Pero los demonios, con esa actitud despiadada ante los rivianos no hacían más que darles problemas, graves problemas.

Transcurrió el tiempo que ahora se torcía para Dante y Hana -Que retomaron sus nombres como Geralt y Ányela- llegando un día que parecía otro cualquiera. Cuando este día estaba ya dando su fin... Un manto de estrellas cubrió la noche, y Dante, se encontraba sentado esperando en la torre del castillo, con la espada a la espalda y las manos ensangrentadas.
Hana se acercó a Dante arrastrándose, con sangre esparcida por todo su kimono celeste y rasgado. Con una mano en el costado la cual le era inevitable apartar ya que hacía presión en una herida tan profunda que ni ella misma podía regenerar, ya que claro, no era de un ser cualquiera, sino de una deidad.
El riviano abrió los ojos horrorizado al verla, saltó a por ella y la cogió entre sus brazos- Mi vida... ¿Qué...qué te...han hecho? -Sus respiración se aceleró, no esperaba a que ella contestase y ya estaba llorando como un crío- Ányela por dios...no... tú eres fuerte... Y... Me hacer serlo a mi... -Dijo mientras le acariciaba la mejilla.
La chica soltó la mano que sostenía su katana ensangrentada para que, muy lentamente pudiera acariciar la mejilla de el, dedicándole una de esas sonrisas tranquilas, típicas en su fino rostro, para calmarle, pero a este gesto se le añadían lágrimas, que topaban por un lado con los dedos de él, y por otro lado con la sangre ya seca de la deidad. Intentó decir algo con claridad pero le costaba por el profundo dolor que sentía, ya le era difícil respirar de por sí, solo hablaba entre susurros pausados- Ge-geralt... Mi vida... Te amo..tanto... -La mano de ella temblaba mientras sus respiraciones pasaban a sollozos, provocándole mas dolor en el costado.
-Calla calla...no digas nada...-Le dijo él al apoyar su frente contra la de ella, sin casi poder articular palabra por el llanto- Yo lo sé todo... Sé que me quieres, sé que me amas, sé que me haces ser el hombre más feliz de todos los que han existido y existirán... Y también sé... Que yo también te quiero...-La pegó a él, negando con la cabeza aún incrédulo.
Ányela soltó un sollozo ante sus palabras. Le era difícil mantener sus ojos verdes abiertos, pero no quería perder de vista los suyos bajo ningún concepto. Apartó la mano de su costado que chorreaba sangre, para poner ambas manos en las mejillas de él con sus ultimas fuerzas. Sus susurros pasaron a murmuros, no quería que perdiera el sonido de su voz en su mente. Su cuerpo se destemplaba- Eres el mas importante..en mi vida..en mi muerte y renacer... Geralt... No quiero verte así... Lo nuestro..es.. ha sido... Precioso... Y-y aunque muera... Seguiré esperándote... Qui-quiero que vivas una vida feliz, Geralt... Geralt... Deja de sufrir... Mi amor... -Dijo pausada y con voz temblorosa, sin apartarse un solo momento de sus labios.

Geralt tragó saliva, impotente, llorando ya lágrimas negras, la besó con cuidado, ignorando que el único sabor de los labios de ella era el de la sangre y la muerte, a pesar de todo, seguían siendo para él los labios más dulces del mundo- Mi vida siempre será tuya... Yo... No sé....cómo seguir sin ti, he orientado mi vida ha encontrarte... No sé qué hacer ahora que he perdido el lucero que guiaba mi camino...yo....-Cerró los ojos y simplemente, calló.
El último aliento de la chica le nombraba con pena- Lo siento..tanto... Quería... Quería casarme contigo..otra vez..Geralt... Dante.... -Cerró los ojos, ya no tenía fuerzas para mantenerlos abiertos, pero seguía sintiendo su rostro cerca de ella, lo que le reconfortaba- Fuiste... Eres..y... Serás... Mi vida. -Los latidos del corazón de la riviana poco a poco dejaban de resonar en su pecho. La sangre había cubierto todo su kimono, y la blanca nieve se tornó del rojo más escarlata jamás visto, bajo el cuerpo inerte de ella.

Dante besó repetidamente sus labios ya fríos y muertos- Lamento no haberte podido dar el día que te prometí....-La cogió en brazos, con lágrimas recorriéndole aún el rostro. Anduvo despacio por el puente del castillo, sin apartar sus ojos del cuerpo de ella.

En la casa de él, ahora, yace una hermosa tumba, rodeada de todo tipo de flores, con el nombre de: "Ányela" grabado en la piedra, un epitafio, cubierto en pocos días por la maleza, se va borrando con el tiempo, epitafio que dice: "Con tu vida, ha acabado la mía". Al lado de esa tumba, hay otra que no guarda sepultura a cuerpo alguno, fría y triste, sin nada alrededor salvo malas hierbas, con un nombre grabado de mala manera: "Geralt", y a esas dos tumbas, acude un hombre de pelo largo y ojos azules cada día durante el resto de su vida.

sábado, agosto 14

Principios de una bonita historia.


Ányela se crió en el seno de una familia humilde, en Rivia. Pasaron los años y conoció a Geralt. Un chico de pelo negro cuyos ojos azules le cautivaron. Él también pertenecía a una familia poco adinerada.

Tras un tiempo, se enamoraron, e incluso se llegaron a casar. Todo era feliz en la acogedora Rivia, hasta que llegaron los demonios, con ansias de destruir esa hermosa ciudad.

Un día, uno de estos seres entraron en la casa de Ányela e intentaron violarla.
A pesar de que Geralt matara a esos demonios, a la chica le afectó de tal manera que acabó suicidándose.


Geralt, destrozado, dio su alma por ella, convirtiéndose en riviano puro. Devolviéndole así a la vida. Él se marchó de Rivia -Con el nombre de Dante- cuando Ányela despertó de su casi permanente sueño, muy confundida.
Su familia le contó lo que su amado hizo, y ella le buscó desesperadamente...

Transcurridos los años, ella seguía su búsqueda. Rivia se había convertido en un lugar apagado, donde los demonios tomaron el control. Cuando lo que antaño le pasó a Ányela, se volvió a repetir con su hermana pequeña, Rose. La cría sufría, sus padres habían sido asesinados por no haber conseguido pagar la comisión que los demonios les hacían pagar injustamente. -Como a todos los ciudadanos de Rivia- Sufría de tal manera que Hana dio su alma por ella, convirtiéndose finalmente en una riviana.

Volvieron a pasar los años, la vida con su hermana se hacía amarga, e insatisfecha por no encontrar a Geralt, la chica perdió las esperanzas, pensando que seguramente estaría muerto. Por lo que, con todas sus fuerzas, rezó en el santuario que usuaba esperanzada, intentando transmitir su alma nuevamente, pero destinada a Geralt. -Dar su alma por él-
Al ser esta la segunda vez, Ányela se convirtió en riviana Pura. Pero, Geralt estaba vivo, lejos de allí y realmente sin sufrimientos tales como los de Rose, lo que provocó así un completo caos en la mente de Ányela. Sus recuerdos por él fueron como borrados y también lo que era parte de su identidad. Fue así como se hizo llamar Hana Fuyu, porque las flores de invierno eran sus favoritas...

A pesar de que su remembranza por Geralt estaba ausente, algo le impulsaba a buscar a alguien importante para ella. Ese anillo que llevaba colgado de su cuello significaba algo muy importante para ella que no lograba descifrar el qué. Así fue como Ányela, o más bien, Hana, emprendió su camino hacia la búsqueda de algo que ni ella estaba segura de que seguía existiendo.

(NOTA: Esta historia no es mia. La he redactado yo y aporte ideas, pero es de un amigo realmente y fragmentos de una saga. Pongo estos comienzos porque proximamente quiero actualizar con el final de la historia, redactada por ambos. Espero que os guste :) )

miércoles, agosto 11

Un día en el más allá de mi mente.


Vamos, camina lento pero con constancia
¿Será por inercia y no por nostalgia?

Aquellos días pasados en los que más de uno era apasionado
robé ese maldito beso a la más bendita juventud.

¿Arrepentimiento?
Nunca sentí eso, y no es orgullo,
es por amor pero un amor desdichado.

viernes, julio 30

El viento de los Recuerdos.


La chica, tumbada en el cesped, bajo ese cielo azul, algo apagado por el atardecer que se aproximaba, tarareaba débilmente una tranquila melodía, mientras observaba los pájaros volar por las alturas, planeando ante el fuerte viento que agitaba los árboles.
Una voz, grave y calmada, se aproximó a la joven, interrumpiendo con su rostro las vistas de los cielos, pero no de forma desagradable, ya que le mostraba una amplia sonrisa.
Aquella figura le preguntó qué es lo que hacía ahí tendida, cuando ella, alegre le contó:
Simplemente me dedicaba a observar cuán libres son esas aves, que ágilmente aprovechan la ligera brisa para alzar su vuelo.

 ¿Te imaginas...? Poder alcanzar el cielo, poder tocar su dulce azul.
Yo sueño con ello constantemente. Con volar hacia el sol sin quemarme. Adentrarme en las frías nubes que aparentemente son de algodón. ¿Sueñas tú con ello?
Volar... Hacia la libertad.


lunes, julio 26

Falsas ilusiones.



Y ella tenía ganas de sonreír. De ver que todo no estaba acabado...
Demostrar que la vida seguía entre esos dientes como luceros.

Venga, da un gran salto desde el más alto
rascacielos, como soñando creerás que volarás y caerás de pie. Y una vez que despiertas, la caída es más dolorosa, ya que, claro, esto era solo una prueba de una triste utopía.

¿A qué más tengo que esperar para que tus palabras dejen de
resonar en mi pecho? Como el reloj que dejó de sonar mi corazón lo hizo seguidamente.


Alma




Alma, te oigo rota ¿No lo notas?
En pedazos.
En el suelo.

Se oyen pasos ¿Cómo es eso?
Simplemente una sospecha.
Todo en orden y a la vez en caos.

Alma ¿por qué me dueles?
Ya estás rota, márchate.

Otra vez, esos pasos. ¿Qué son ahora?
Sueños rotos, arrastrados por cadenas.