martes, julio 10

Relato de derrotas.


Se me cae la piel a tiras
creyendo que ya no abriga
Y por mis labios marchitos 
pasaron trovadores de mitos.
Morosos de besos
que con su voz acariciaban el sol
y con sus cuerdas calmaban los rayos.

Pues de un corazón como el mío de todo sale...
Guerreros dormidos, princesas y dragones tranquilos
que gruñen y sueñan con un reino perdido.

¡Risa me daba de pensar que aquel reino seguía en su sitio!
Si todos quieren corazones
y no piensan en las canciones
que arreglan almas, secan lágrimas y curan suspiros...

Y es que este lugar ya estaba perdido.

Pues de un corazón como el mío de todo sale...
Bufones siervos del pecao y ladrones de gritos
que con un tajo se despiden de los tiempos que subnormales
pensaban que los sapos después de besaos se volvían reales.



Inspirado en (la) Marea

miércoles, julio 4

La fina línea del Recuerdo y el Olvido.


¿Es malo ofenderse por una manera de pensar que no es la tuya?

El ser humano es egoísta e irrespetuoso por naturaleza. Y en consecuencia, no trata del modo en que cada uno quiere ciertos hechos...
Como los recuerdos.

Hay quienes deciden mantenerlos como parte de un pasado, que en ocasiones se tienen presentes pero no resultan dolorosos después de un tiempo. Son sonrisas tranquilas que te arranca alguna fotografía, un pasatiempo más como es el don de no olvidar.

Pero no todos piensan de misma forma y eso nos molesta.

Estos, ven los recuerdos como algo de lo que deshacerse, al igual que de todo un pasado, un periodo borrado de una vida.
Gente que vive el presente y se aferra a este y a su futuro, pero jamás mira hacia atrás. Nunca se detienen a recordar... Llegan a pensar que, si existiera una máquina que les lavara el cerebro, serían los primeros en utilizarla.

Pobres ingenuos.

Opino que la experiencia es la mejor de las maestras. Si una vez juegas con fuego y te quemas, a la segunda estás atente a las consecuencias. ¿No es así?

¿Olvidar no sería el equivalente a quemarte de nuevo y sin embargo como la primera vez…?


Es una fuerte obsesión la que hace que las personas vivan el presente con tal de no hacer memoria. Y no digo con esto que hay que vivir estancados en el pasado, ni de sueños de futuro.

Pero no está de más pensar de vez en cuando en atardeceres de antaño o volar entre las nubes, soñando qué podrían depararnos sus lluvias…



Es por eso que, si veo algo que me recuerda a alguien, no intento sustituir ese anclaje emocional, ese pensamiento, por uno nuevo. 
Lo conservo, con una sonrisa y el significado que tiene para mí. Dejando que ocupe su lugar en mi mente.